domingo, 11 de abril de 2010

Uno corto pero bueno...

El lento latir de aquel corazón metálico
marcaba cada movimiento,
cada mirada, cada caricia
y los asesinaba con cada sordo latir.

Con cada suave golpe
mataba despiadamente la ilusión,
con su interminable latir,
con su odioso sonido molesto.

Y ese corazón metálico gritaba
produciendo ecos en nuestras mentes
distraídas, celosas de compartir
infinitos deseos como infinitos latidos.

Pero este asesino latir
no permite pensar, no deja amar,
rompe el silencio, para herir nuestros corazones
lo torna jirones de desesperación.

¡Que alguien lo detenga!
Sus latidos me vuelven loco,
convierten el amor en locura,
el tiempo en agonía.


Image Hosted by ImageShack.us

No hay comentarios:

Publicar un comentario